Escrito por: En este post te vamos a contar todo lo que debes saber sobre el parto inducido, que en ocasiones puede ser la mejor opción para muchas madres y bebés dados los múltiples efectos positivos que tiene la inducción.
Tabla de contenidos
¿Qué es el parto inducido?
Un parto inducido se realiza antes de que comiencen las contracciones uterinas naturales, debido a que existen unas indicaciones maternas o fetales que hacen que la inducción del parto sea que sea lo más recomendable, dado que de lo contrario podría haber complicaciones.
Aunque el término correcto es inducido, a este tipo de parto también se le conoce como parto programado, ya que se establece una fecha para llevarlo a cabo, siempre antes de que comiencen las contracciones.
¿Cómo es un parto inducido?
La inducción del parto debe ser rápida, entre un máximo de 24 y 48 horas, para reducir riesgos de infección y de prolapso del cordón umbilical. Hay que decir que es un proceso doloroso, pero hará que no sea necesario aplicar medidas para provocar las contracciones de la madre.
Para inducir el parto el médico proporciona a la madre medicamentos para iniciar el proceso del parto, y en algunos casos también se opta por romper el saco amniótico, que es el que se encarga de sostener al bebé dentro del útero. Por último, se procede a romper la fuente o membranas.
¿Cuándo es necesario un parto inducido?
Existen diferentes razones que hacen que inducir el parto sea la opción más recomendada y segura tanto para la madre como para el bebé:
- Indicaciones maternas: Una vez alcanzada la maduración del feto, las indicaciones maternas pueden provocar la inducción del parto, especialmente cuando existen enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
- Indicaciones fetales: También existen factores que indican que es un riesgo que el bebé permanezca en el útero, como la rotura de la bolsa, que puede provocar infecciones y otras complicaciones.
- Otras situaciones: Además, aunque no existan patologías de ningún tipo, el parto inducido también puede estar provocado por otras circunstancias como que la placenta no sea lo suficientemente grande.
Principales ventajas del parto inducido
Las inducciones de parto cada vez son más habituales dadas las múltiples ventajas que ofrece cuando existen riesgos.
El parto inducido es la mejor opción para bebés que han salido de cuentas y esperan demasiado tiempo para nacer, ya que si se espera a un parto natural, podría ocurrir que el meconio, que son los primeros excrementos del bebé, penetrase en el líquido amniótico, entre otras muchas complicaciones.
A partir de la semana 41 se entiende que un embarazo está durando demasiado, y es cuando comienza a valorarse la opción de inducir el parto, puesto que un embarazo natural podría estar asociado a múltiples riesgos, tanto para el bebé como para la madre.
Principales riesgos de una inducción del parto
Obviamente, un parto inducido también presenta una serie de riesgos, como que la fecha prevista para el parto no siempre es exacta, lo que podría provocar que el bebé naciese demasiado pronto.
Por otro lado, la oxitocina del parto inducido y otros medicamentos para madurar el cuello del útero pueden provocar contracciones demasiado frecuentes, lo que podría provocar una frecuencia cardíaca del bebé demasiado alto.
Asimismo, dado que puede haber problemas con el cordón umbilical, al inducir un parto hay un mayor riesgo de infección, aumentando las posibilidades de realizar una cesárea.
También hay que mencionar que se corre el riesgo de sufrir una ruptura uterina si se desgarra el útero, lo que aumentará el sangrado tras el nacimiento, debido a que los músculos no consiguen contraerse correctamente.
Conclusión sobre el parto inducido
Ahora que ya sabes todo sobre el parto inducido, aunque en condiciones normales siempre será mejor un parto natural, hay ocasiones en las que la inducción del parto se muestra como la mejor opción para garantizar la buena salud tanto del bebé como de la madre.
