¿Cómo bañar un bebé?

¿Cómo bañar un bebé?

Susana PérezEscrito por: Susana Pérez

Acabas de tener un recién nacido, eres madre primeriza y no sabes cuándo ni cómo bañarlo. Si es así que no cunda el pánico, ya que es normal que surjan todo tipo de dudas al respecto, y por ello aquí te vamos a contar cómo bañar un bebé correctamente, así como cuándo debes hacerlo por primera vez.

¿Cuándo bañar un bebé por primera vez?

Como ya comentamos en otros posts, no conviene bañar al bebé nada más nacer para no retirar la vernix caseosa, que es la sustancia blanquecina que cubre la piel del bebé al nacer, y que se encarga de combatir infecciones bacterianas y hongos, así como de mantener la temperatura idónea del bebé.

Al llegar a casa, no hay que bañar al bebé hasta que se le haya caído el ombligo y esté curado,  ya que de esta forma evitaremos que pueda infectarse la herida del ombligo.

Dicho esto, ¿cómo bañar un bebé recién nacido? Cuando son tan pequeños nos surgen todo tipo de dudas a la hora del baño, especialmente sobre cuál debe ser la temperatura del agua o cómo sujetar al peque de forma segura.

Si no sabes cómo bañar a un bebé recién nacido, lo ideal es contar con la ayuda de alguien experimentado que indique cómo hacerlo, y si no tienes a nadie, puedes optar por llamar a una comadrona para que te asista.

Asimismo, también es importante que en los primeros baños del bebé estén presentes los dos padres, para ayudarse mutuamente y evitar cualquier posible riesgo.

¿Cada cuánto bañar a un bebé? 

Otra duda es con qué frecuencia bañar al bebé, y esto lo decidirás tú, aunque los pediatras recomiendan bañar a los recién nacidos dos veces a la semana, hasta que cumplan los dos meses de vida aproximadamente, para así evitar que la piel se reseque.

Nuestra recomendación es que bañes al bebé únicamente cuando esté sucio y sea inevitable, porque se haya vomitado encima o lleve mucho tiempo sin bañar.

Al principio, para bañar a un bebé recién nacido será suficiente con lavarle las manos y el culito con una manopla húmeda y caliente.

¿Dónde bañar al bebé?

Dónde bañar al bebé es otra duda habitual, principalmente porque no se sabe si es mejor bañarlo directamente en la bañera para bebés o en un cubo bañera para bebés. Esto dependerá de ti y de qué opción es la que te resulta más cómoda. 

Lo que sí te recomendamos es evitar bañar al bebé en un plato de ducha, ya que esto te resultará mucho más incómodo, además de que posiblemente se marche toda el agua fuera.

¿Cómo bañar a un bebé recién nacido en la bañera?

Te vamos a contar cómo bañar a un bebé recién nacido en la bañera, que es el método más habitual y también el más cómodo.

Lo más importante es la seguridad, estando totalmente prohibido dejar al bebé solo en ningún momento, ya que en ese caso podría ocurrir un accidente en cuestión de segundo.

Asimismo, debes evitar que el agua esté demasiado caliente, ya que de lo contrario podría provocar quemaduras en la piel del bebé. Lo ideal es que el agua esté a una temperatura de 37 grados.

¿Cómo bañar a un bebé recién nacido paso a paso?

  • Tenlo todo preparado: Antes de bañar a un bebé recomendamos tenerlo todo preparado, tanto el agua como todos los artículos de higiene y para vestirlo después del baño. Es importante que compruebes que el agua esté a 37 grados con un termómetro.
  • Calienta la zona del cambiador: Para evitar que se constipe, calienta previamente la zona del cambiador, ya que los cambios de temperatura son muy peligrosos para los recién nacidos.
  • Desnuda al bebé: Cuando lo tengas todo preparado para bañar al bebé, desnúdalo y mételo en el agua poco a poco para que no se asuste. Mantenlo cogido siempre para evitar que se deslice.
  • Limpia al bebé con una manopla: Baña al bebé suavemente con una manopla, prestando especial atención a los pliegues en la piel y a otras zonas como detrás de las orejas, las arrugas del cuello o entre los dedos de los pies.
  • Sécalo bien y vístelo: Tras el baño, seca bien al bebé y vístelo rápidamente para evitar que se enfríe. Seca correctamente todas las zonas pero sin frotar, pudiendo utilizar un secador de pelo para garantizar que no quedará ni resto de agua.

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